Sólo puedes observar la vida si mantienes los ojos abiertos y una de las mejores maneras de escapar de la vida Cara Libro (Facebook…) es dar un paseo y encontrar cosas nuevas y emocionantes en las que no te hayas fijado antes: Pueden ser las formas y los tonos relajantes de un árbol, la pintura desgastada de un edificio abandonado contando su triste historia o simplemente la figura de unos estróbilos en pleno crecimiento. Afortunadamente, la gente maja de la Asociación Salitre se encarga de organizar rutas interpretativas con ese maravilloso propósito, rutas que son un poema en sí mismas, donde puedes disfrutar de ver como las olas acarician suavemente la costa y los viejos muros de piedra guardan historias susurradas por el viento.
La ruta comienda en la Villa de Muros cuya historia comienza posiblemente alrededor del siglo X, cuando el rey D. Sancho IV mandó repoblar este emplazamiento que comprendía desde O Ézaro hasta el actual Ponte Nafonso. El primer documento que prueba su existencia como villa pertenece al año 1286; sin embargo, es posible que esta zona ya estuviese habitado en siglos anteriores. Muros es una Villa marinera que conserva sus valores ambientales, típicos y pintorescos, al lado de la severa grandeza monumental de góticos palacios y templos como el de la antigua Colegiata y el Santuario de la Virgen del Camino. Posee una original estructura urbana plagada de calles estrechas y serpenteantes en las que destacan sus acogedores soportales, un lugar dónde cada paso es un verso y cada rincón una estrofa.
Muros es uno de los pueblos más hermosos de Galicia y en 1970 fue designada Conjunto Histórico-Artístico.
Luego, siguiendo el paso paralelo a la carretera nos acercamos a la Playa de A Vouga, que se encuentra a tres kilómetros del centro de Muros, y luego la de San Francisco, una playa urbana con un kilómetro de longitud de arena blanca y rocas, donde la luz se pliega como un lienzo dorado – verdoso acariciado por el abrazo del atlántico. Un lugar donde las olas bailan con gracia, deslizándose hacia la orilla como versos susurrados por el mar. Este es un rincón donde el tiempo de desvanece, dejando solo la melodía eterna de la naturaleza.
Ahora toca subir, ascender a un lugar que se yergue majestuoso hasta abrazar el cielo, regalándonos unas vistas que se pierden en la inmensidad de una combinación única de laguna, playa y océano, como si la naturaleza misma tejiera un poema silente en cada rincón de este mágico lugar.
Sin ápice de duda este es uno de los miradores más espectaculares de Galicia. Un monte que emerge del mar, tan solo unido a tierra por una cola de marismas. Desde la corona de esta montaña, de 240 metros de altitud, se pueden observar arenales, pinares y formaciones rocosas muy particulares, no en vano el espacio está reconocido como Lugar de Interés por el Instituto Geológico y Minero de España. Imprescindible. Inolvidable. Único.
La cultura de los petroglifos en Galicia es un testimonio arqueológico fascinante que lamentablemente no valoramos ni protegemos como se merece. Los grabados tallados en piedra de hace miles de años revelan símbolos que conectan con las creencias, el conocimiento y la vida cotidiana de nuestras antiguas comunidades.
Si no sabemos de dónde venimos, difícilmente sabremos quiénes somos.
Este petroglifo consiste en varios círculos y espirales (una con 7 vueltas y otra con 5) con una serie de pequeños huecos. Las últimas consideraciones sobre su significado indican que la división de dichas espirales son una representación de 2 épocas del año, una de crecimiento solar y la otra de debilitamiento. Luego se puede ver otro gran círculo, conocido como el Altar de las Ofrendas, que se interpreta como un calendario lunar. Es una visión impresionante, teniendo en cuenta que son grabados de La Edad del Bronce cuyo periodo de la Prehistoria está comprendido entre los 1.700 años y el 1.100 antes de Cristo. (Hoy en día vemos que hay muchas personas que todavía no entienden la relación directa que hay entre estacionar cerca del mar y la de la fuerza gravitacional de la Luna, la cual tira de los océanos y dirige las mareas…. será porqué la tierra es plana y viaja sostenida por cuatro elefantes que, a su vez, se apoyan en el caparazón de una tortuga estelar).
Finalmente, cerrando círculo antes de volver a Muros, visitamos la Capilla de San Marcos, situada en una zona deshabitada, entre Campo de Cortes y Louro. Se accede a ella desde el Espíritu Santo por un camino que va a dar a la carretera de Taxes. Es una capilla de reducidas dimensiones construida en piedra, de base rectangular y cubierta en bóveda de cañón apuntado. A pesar de su simpleza, en su interior se pueden encontrar una serie de canecillos de diversas formas. Su construcción se remonta al año 1480, según se deduce de la inscripción que figura sobre su puerta. Esta capilla estuvo a punto de desaparecer, al igual que la de Santa Cruz, pero fue restaurada y actualmente es un conocido lugar de ocio al que van grupos de caminantes que hacen allí pequeñas fiestas campestres.