He encontrado un lugar que se encuentra más allá de montañas de piedra, un emplazamiento en el que a sus gentes les encanta contar historias. Ellos lo llaman «narrar la vida». Uno de los maestros narradores de la vida cuenta dichas historias con los ojos cerrados y con el corazón abierto, para que las sonrisas o gestos desaprobadores de los que escuchan no la hagan «cambiar de forma».